Corría el año 2005 cuando el Ayuntamiento de Barbate por fin pudo hacerse con la propiedad del emblemático Cine Avenida. España vivía la edad de oro del ladrillo, aún no había visos de la crisis que se avecinaría después y el equipo de Gobierno, con el alcalde del PP Juan Manuel de Jesús a la cabeza en coalición con el extinto Partido Andalucista, necesitaba un golpe de efecto viendo como su popularidad descendía entre la ciudadanía.
También se daba la circunstancia de que Barbate había perdido todos los espacios culturales de los que disponía, cerrando el último de sus cines, el Avenida, casi con la llegada del nuevo milenio. Esto se convirtió en una reclamación de los vecinos y vecinas, necesitados de un lugar donde desarrollar actividades culturales y seguir manteniendo fiestas y tradiciones, caso del Concurso de Agrupaciones del Carnaval.
Así que los dirigentes municipales de aquella época estuvieron espabilados e inmediatamente comenzaron con los trámites de compra del espacio, acción que se materializó el 22 de febrero de 2006, cuando el Cine Avenida fue inscrito como la finca número 1749 del Ayuntamiento en el Registro de la Propiedad.
Cuatro meses antes, la adquisición quedaba cerrada en la Notaría de Vejer de la Frontera, a través de una permuta en la que el Ayuntamiento cambiaba el inmueble por tres parcelas resultantes de la reparcelación de la B-14 y una cantidad de 250,39 euros. Inmediatamente, el balcón del cine estrenó una gran pancarta en la que quedaba claro que el edificio era del Ayuntamiento de Barbate.

Y como la historia es cíclica y la política caprichosa, ahí es donde empieza la rueda de anuncios sobre la reforma y apertura del Cine Avenida, gobierno tras gobierno, intentando aprovechar la nostalgia de los vecinos y la necesidad de un espacio cultural para arañar votos y hacerse unas cuantas fotos. Que en aquellos tiempos no, pero ahora quedan estupendas en las redes sociales.
El Consistorio barbateño tenía conocimiento de que adquiría un inmueble en mal estado, estando actualmente catalogado su estado de conservación como ‘deficiente’ en el Inventario Municipal de Muebles e Inmuebles.
Por tanto, apenas ocho meses después de pasar a titularidad municipal, en junio de 2006, el Ayuntamiento y la Delegación Provincial de Cultura anunciaron a bombo platillo la rehabilitación del Cine Avenida, mediante un convenio para modernizar las instalaciones y convertir el edificio en “un centro cultural amplio y moderno”. Incluso se convocó un concurso de ideas para el proyecto y una de las propuestas resultó ganadora. Todo quedó en nada.
Los años siguieron pasando, y sería el PSOE el que ganaría las elecciones en 2007, quedándose en la Alcaldía dos legislaturas. En ese tiempo, las protestas de los vecinos por la rehabilitación del espacio se hicieron más sonoras y la promesa de la apertura estaba ahí, a pesar de contar con informes negativos que dejaban claro que la estructura no estaba en buenas condiciones.
En esa época también se acometieron una serie de obras en las que, más que arreglar, desapareció parte del patrimonio de la casa, como los suelos hidráulicos, los enrejados o la cerámica estilo andaluz que adornaba las paredes. La Oposición también sacó a la luz que la electricidad de las obras se obtenía del enganche a una farola por falta de permisos. La guinda fue el anuncio de inauguración del Cine Avenida en 2015, a pocas semanas de las Elecciones locales, con un supuesto concierto de la Banda de Música Municipal. Una vez más, todo fue humo.
Y desde entonces a ahora, el alcalde de AxSí, Miguel Molina, no ha parado de prometer que abrirá el Cine Avenida una y otra vez durante siete años. Ya en 2016, el Cine contó con la visita de la entonces vicepresidenta segunda de la Diputación Provincial, la andalucista Maribel Peinado, tratando de encontrar ayuda en la Corporación Provincial.

A partir de ese momento se intentan tramitar ayudas, subvenciones, hacer pequeñas obras con recursos propios y un sin fin de supuestas soluciones encaminadas a abrir el edificio, habida cuenta de lo jugoso que resulta de cara al electorado. “El Cine Avenida y el Parque Infantil estarán finalizados antes de 2023”, decía el alcalde hace poco. Hay que recordar que las elecciones son en mayo.
Y lo cierto es que obras hay. En concreto a cargo del programa DIPU-INVER 2021 de la Diputación Provincial con proyecto del Área de Urbanismo del Ayuntamiento y cuya licitación se publicó en septiembre de 2021 con un presupuesto de 500.000 euros. Sin embargo, los trabajos no están siendo un camino de rosas y han tenido varios contratiempos que han provocado retrasos, incluyendo una paralización por falta de materiales que el alcalde achacó al presidente ruso, Vladimir Putin.

Que el Cine Avenida esté abierto o no en los próximos meses es algo que aún está por ver, y volvería a trastocar los planes de un equipo de Gobierno una vez más. De momento, parece que ese edificio que representa a la cultura barbateña y que tan soñado es por la ciudadanía es la kryptonita de sus políticos, incapaces de gestionar el problema en toda su amplitud y con la idea utópica de que quien abra el cine se llevará el gato al agua.
Por último, El Heraldo de Barbate visitó el Cine en 2020, realizando fotografías del edificio en ese entonces que puedes ver en este enlace: https://www.facebook.com/elHeraldodeBarbate/posts/pfbid0fZxpHnX9UHqJay66xrHPeT9BgnCc6J4kBsF6b2b91gepUhUkUiHwGvwge1huhufLl
Fotos: Sheila Anaya, Prospectos de Cine, Ayuntamiento de Barbate.