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La historia del bombardeo del Churruca es una de esas historias que se quedan impregnadas en el subconsciente de las entrañas de un pueblo.

Foto Portada: Refugio de la población que huyó a la zona conocida como el Bañaero (Barca de Vejer), cedida Fernando Rivera – Antonio Morillo.

Aquella mañana el Churruca, que se mantenía fiel al Estado, dispensó, según las fuentes orales, “81 cañonazos hacia las fábricas almadraberas”, destrozando parte de la fachada que daba a la playa y destruyendo una de las chimeneas.

La población huyó despavorida, avisados con antelación del bombardeo, hacia varios lugares, principalmente hacia Vejer, por carretera; al pinar de la Breña –al conocido como Hoyo de los Palancones- caminando; o un resguardo antes de llegar a la Barca de Vejer (El Bañaero), por el río Barbate.

Allí se refugiaron mientras duraba el ataque, quedando la aldea prácticamente vacía.

A modo anecdótico, según se conoce por tradición oral y está registrado en publicaciones como ‘El habla de Barbate’, a la generación que nació nueves meses después del susto del destructor, se le empezó a conocer como los “churruquitas”.

Así lo reivindicaba el periodista y escritor isleño Manuel Barrios en un artículo de opinión publicado en el 17 de octubre del 2000, “a los nueve meses del sucesos nacieron en Barbate más niños de los habituales”, matizando con cierto tono jocoso, “al parecer concebidos de contrabando a la sombra de los pinos”.

Tanto esta anécdota como el bombardeo de El Churruca aparece dentro de la novela ‘El chófer de don Blas’, que recoge una historia sobre entorno al Conde de Barbate en esa época.

Junto al Churruca varios faluchos y pesqueros gaditanos transportaron víveres y militares desde Ceuta, eludiendo en todas ocasiones el control del Gobierno, al ser barcos de almadraberos y pescadores. La intención del destructor era volver a Cádiz, donde había estado ya, y donde el Cervantes había bombardeado la plaza tras el Golpe.

Sin embargo, según se publica en prensa el buque “fue bombardeado por tres hidroaviones nacionales que le causaron importantes averías” y por ello, “se dio inmediatamente a la fuga”.