Que Barbate respira Carnaval por sus poros no es nada nuevo. Muchos son los éxitos y años de historia que acarrea esta fiesta en la localidad. A pesar de ello, pocos son los vestigios documentales que se tiene de la fiesta durante la época de la dictadura –que hubo- y justo antes durante los años de la República.
A penas alguna fotografía de grupos como Los Bomberos o Los chicos de la edad moderna, que venían firmadas por Ramón el Cai. Todas ellas chirigotas con su caja y su bombo. Sin embargo, hay pruebas orales que dan fe de que aun cuando el pueblo formaba parte administrativamente de Vejer, existían estas fiestas.
En la conferencia llevada a cabo por Santiago Moreno y Francis Sevilla Pecci, organizada por la Mancomunidad y con la colaboración de la delegación de Cultura, se ha mostrado una imagen que demuestra que además, existía la modalidad del coro. No se sabe si más de uno o durante varios años, pero lo cierto es que la imagen muestra una agrupación con guitarras y que, según testigos orales, cantaban en corro. El director era un hijo de Barbate, Francisco Utrera Rivera (el guitarra de la derecha), que junto a su hermano Manuel, fue apresado y fusilado, cuyos cuerpos todavía no se han podido hallar.

Su hermana Dolores Utrera, entrevistada por el propio Santiago Moreno y el periodista barbateño Luis Rossi, reconoce que existían esas agrupaciones y que se cantaban coplas “como se canta hoy día, a las cosas que pasaban entonces”, en palabras de Dolores.
En la imagen se observa que van disfrazados y que es un número determinado de personas. Aunque la foto no se sabe el lugar exacto, según el testimonio de la hermana, el coro cantaba en lugares como el Pósito Pescador. Un lugar que se convirtió en un espacio social y que con el tiempo se convertiría en fundamental, no solo para su cometido que era el auspiciar a los marineros y sus familias, sino de lo que posteriormente fuera la independencia barbateña.
La historia de los Utrera Rivera es una de esas historias silenciadas y que echan por tierra la frase calada en la localidad, que dice “en Barbate no hubo muertos tras el golpe de Estado”. Algo que no solo es incierto, sino que seguir con ese mantra es una injusticia para con las víctimas.
Al margen de este asunto, la conferencia sobre Carnaval, República y represión, ha mostrado a las claras la importancia de las libertades en España, así como la valentía de los carnavaleros de siempre.