Cualquier barbateño que estuviera mirando el cielo sobre las 21.04 horas de la noche de ayer se sorprendería al ver una inmensa bola de fuego cruzando la inmensa oscuridad a toda velocidad. Seguramente, quienes lo vieron pensarían que se trataba de una estrella fugaz o, debido a su visual cercanía, a los restos de algún satélite, como ocurría hace algunos meses.
Pero el misterio ya ha sido resuelto y todo parece indicar que se trata de un trozo de roca procedente de un asteroide, que entró en la atmósfera terrestre a una velocidad superior a los 69.000 kilómetros por hora. Así se ha comprobado desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía, desde donde se coordina el proyecto SMART y cuyos observatorios astronómicos ubicados en Huelva, Sevilla y Granada registraron el paso de este fenómeno.
Según han apuntado los investigadores, al chocar contra la atmósfera, la roca se volvió incandescente, volviéndose una bola de fuego que se produjo a una altitud de 84 kilómetros de altitud en el cielo sobre el Golfo de Cádiz, por lo que quienes la vieron apuntaron la cercanía del objeto y su alta luminosidad. Además, el fenómeno se pudo ver en un área de 700 kilómetros.
La roca ardiente se fue fragmentando con la velocidad hasta finalmente extinguirse a unos 44 kilómetros de altura sobre el mar. Fue vista en casi toda Andalucía, con una mayor claridad y cercanía en Huelva y Cádiz, llegando a vislumbrarse incluso en algunos puntos de Extremadura.