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Por Luis Rossi. Publicado en Facebook el 14 de junio de 2022.

Mucho se habla de lo que significa, para una persona vinculada al mundo del Carnaval, el que te reconozcan con un premio a tus años de dedicación por la fiesta gaditana por excelencia. Una fiesta que se transforma en Cultura cuando la madurez alcanza plena las plumas de poetas henchidos de versos. 25 años se fija como punto de partida para merecer o no tal distinción, aunque en los últimos años se ha dado un paso más, evolucionando a lo que podemos considerar como la meritocracia carnavalera.

Es por ello que hoy les vengo a hablar de un fenicio que en el último Concurso ha sido capaz de hacer, nuevamente, historia en Cádiz con Barbate como protagonista.

Con todo, no creo que se merezca el ansiado Antifaz de Oro. Manolo Varo, más conocido como Manuel de la Ica, no lleva saliendo 25 años. No se prodigó años anteriores con grupos en su localidad natal como Los Bandoleros o Los Cosacos. A finales de los 70, con un Carnaval en Barbate relegado a disfrazarse cada fin de año y rememorar coplas gaditanas del año anterior, Varo no reunió “cada concha de su mar”, para crear la primera agrupación que diera el viaje a la capital.

No debutó en 1973 con Los Fenicios, ni consiguió un tercer premio provincial. Tampoco lo hizo luego con agrupaciones como Cariocas, Los que se fueron o Los Corregidores, con la que no consiguió el primer premio.

Ya en los 80, con la ruptura de su grupo, no llegó a la Final junto a Robots y Agua Clara, ni consiguió arañar un tercero con Jinetes. Entre tanto, no empezó a apoyar a los grupos de la cantera, consiguiendo premios en el Falla.

Pero si de algo estamos seguros, es que no alcanzó la mayor gloria posible con los carros de Filo Andaluz. No, no reventó el Teatro con la presentación de Cargaores y no continuó sacando comparsas, hasta que sus ilusiones se quedaron En el Aire.

Luego, si bien apartó a su comparsa de toda perturbación, no continuó colaborando con la cantera, con agrupaciones en los 90 (Cachorros, Andalusí, Dulces Sueños). Tampoco hizo sin firmar multitud de letras y músicas para los más pequeños. No. No lo hizo. Como tampoco regresó con sendos cuartetos. Hasta que empezara a coquetear con la modalidad de coros y regresar ya en el siglo XXI con más cantera y una joven comparsa.

A lo mejor le faltaba “unos años de relleno con un coro” -como dijera el Carapapa del Peña-, por eso no figura entra la nómina de autores que han hecho posible que Barbate hiciera historia estrenando los compases de su majestad el tango. No.

Si las cuentas no fallan, no son 25, puede que 49 o 50, pero no 25. Y premios, tampoco lleva más de 15 premios entre Adultos y cantera. No. Ni el reconocimiento del pueblo gaditano. No.

Por todo ello, sin querer sacar conclusiones precipitadas, podemos decir que Manuel Varo, el de la Ica, no se merece el Antifaz de Oro. La pregunta es, si el Antifaz de Oro se merece lucir en la solapa de aquel zagalillo del Hoyo la Tota, que cantaba coplas en un mostrador junto al Brujo de Conil.